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Mostrando entradas de marzo, 2020

ASO día 4

Hoy dije muchas veces en voz alta que estaba intentando reducir el mínimo el cinismo. No se si es estrictamente una mentira, pero la verdad es que estoy fracasando estrepitosamente. De nuevo empecé a darle vueltas a la idea de pertenecer y terminé enojándome con la tibieza, y digo tibieza por no tener una forma adecuada de llamarlo. Había tomado una decisión antes de todo esto y estaba llevándolo bien. Nos pasamos la tarde pintando un pañuelo blanco gigante para colgar en el balcón, que da al pulmón de la cuadra y no se ve de desde ningún ángulo. Mañana es 24 de marzo. Gonzalo lo dibujó y yo lo pinté. En el medio hablamos de boludeces y me explicó un par de términos jurídicos para que yo los entienda y por primera vez sentí que no quería demostrar nada. Hablamos sobre las funciones del Estado y sobre Perón. Después le pedí que ventile su cuarto y me dijo que lo había hecho ayer. Insistí en la necesidad de que eso se haga todos los días y me dijo que no le gustaba porque se llenaba

ASO día 3

Domingo. Para mi siempre es un día difícil. Ni bien me mudé sola a la La Plata era el día que más me costaba atravesar. Lloraba mucho y no salía de mi casa. Empecé a mirar a Boca y eso lo hizo mucho más fácil. Después me salvaron mis amigxs, pero eso no es novedad. Me levanté tarde, participé de una trivia donde confundí la derecha con la izquierda (otra vez) y dormí muchas horas de siesta que ahora van a pasarme factura. Fui hostil por las redes todo el día. No estoy orgullosa. Me sentí bastante mal en el trayecto y recorrí lugares, propios y ajenos, poco felices. También recomendé libros y facilité pdfs. Me prometí a mí misma dejar esa actitud y mañana hacer ejercicio. Hoy no entré a la página de la OMS, no miré exhaustivamente los gráficos, no analicé cada ciudad. Anoté en un papelito los casos confirmados, los nuevos y lxs muertxs. Cociné para mi hermano y para mí durante muchas horas y me sentí mejor.

ASO día 2

Terminé un libro, me anoté en un intercambio de mails durante el aislamiento, sentí que me ahogaba y lloré. No hice la rutina de ejercicio que desde hace 2 días dije que iba a hacer. Me levante una hora después de que suena la alarma (hay cosas que no cambian) y dejé un pedido hecho al supermercado por internet que incluye vino y chocolates. La batería del celular me dura menos del tiempo que paso despierta. Hoy me pregunté en voz alta si debería estar estudiando. Cuando me levanté, abrí el balcón de par en par y escuche el mensaje que todos los días suena por altoparlante en las calles de todas las ciudades del país: aislamiento social obligatorio preventivo, quedate en casa. Personas famosas grabando muchos spots, incluidos Los simuladores y el Duki. Nunca pensé que esos personajes pudieran estar conectados. Me quedé callada y me pareció absurdo. En estos días repetí muchas veces “esto lo contaré de vieja” porque me quedan 3 finales para recibirme pero con una pandemia mundial

ASO día 1

Era cuestión de tiempo, iba a necesitarlo. Mi departamento de La Plata con Néstor y Estanis no iba a alcanzar. Las paredes iban a comprimir todo, de repente, como esas trampas que dicen que había en las tumbas del antiguo Egipto, que te terminaban aplastando e incluso algunas tenían bordes filosos que te despedazaban. Debería guardarme algo de dramatismo para los días que quedan. Acá quería agregar algo lindo sobre lo aliviada que me siento con las medidas del gobierno, y lo importante que es tener Ministerio de Salud. Quería, también, agradecerle a Cristina y de paso resaltar que Florencia logra conmoverme. Cuando escribe, la siento. Quería decir que estoy orgullosa de Alberto y que lo siento un poco padre de todxs; pero quería hacerlo de una forma más poética y pretenciosa. No me salió pero igual lo escribo, como cuando anoto cosas en mi block de notas de wpp o digo algo, porque aunque no encuentre la forma que siento adecuada, es mejor que nada. Quería también hablar sobre las