Se murió mi mamá. Es la primera vez que puedo escribirlo y todavía no pude decirlo en voz alta. Todavía no pasó un primer 8 de abril. Qué ironía cuando Fito cante "abril otra vez para que no tengamos nunca mas soledad" y yo me haga chiquita. Todavía no pasó la primera Navidad. O en realidad sí, la anterior, la primera que no viajé a mi casa, sin saber que era la última. Esta la voy a pasar sola en Madrid. Podría intentar gestionar esa especie de ritual, de pasar todas en un lugar diferente como un esbozo de escudo ante la tristeza y creyendo que en realidad es una elección cool y que forma parte de la lista interminable de cosas que hacemos por primera vez. Como una especia de primer día del resto de mi vida. Todavía no paso el primer 21 de enero, pero sí pasaron muchos que igual vivimos separadas porque siempre parecía que tenía otra cosa que hacer. Y la tenía, era cierto, pero ahora ningún argumento suena convincente. Sí paso el primer 16 de septiembre sin su l...
¿Podemos vivir sin que la vida tenga un sentido perdurable? , ¿podemos sólo pasar desapercibidos?, ¿cuál es el sentido de la vida? . Vivimos sumergidos en la rutina de todos los días y no nos damos cuenta que cada instante, cada segundo de nuestras vidas es único. La vida se trata de decisiones. Todo el tiempo nos vemos empujados a decidir desde lo más insignificante, hasta algo que podría cambiar nuestra vida para siempre. Creo que somos artífices de nuestro propio destino. Vamos paso a paso eligiendo que queremos hacer, que no, que nos gusta, que nos disgusta. Dentro de estás decisiones se mezclan lo que consideramos que es el bien y el mal, la ética de cada uno, los valores. Escuché una vez, que la ética es siempre lo que al otro le falta, hecho que resalta nuestra manía de siempre encontrar los errores en los demás, jamás buscar faltas en nuestras acciones. También nos preguntamos, ¿qué es hacer el bien?, ¿nosotros hacemos el bien?. Es entonces, cuando se suele llega...
Los días lluviosos siempre se van a contar entre mis preferidos, aunque estén salpicados por las baldosas flojas de las diagonales y sea completamente imposible encontrar un taxi libre en esta ciudad enorme. La lluvia borra la maldad y lava todas las heridas de tu alma, citando al majestuoso Luis Alberto. La lluvia es Artaud y mates. La lluvia es para pensar. Los días lluviosos se prestan para las más crudas y duras reflexiones. Para tomar la decisión de por fin hacer algo para cambiar eso que tanto molesta (la misma decisión que guardo al fondo de un cajón al otro día, cuando sale el sol). La lluvia me hace valiente .
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Suele pasarme.
Nada que ver.
Adoré.