¿Para qué?


-No entiendo. Me habías dicho: “No nos vamos a ver más. Somos libres”. Yo me quedé muda mirándote la espalda y te perdiste en la esquina de la estación. ¿Qué esperabas? ¿Que te corriera atrás? ¿Que te llamara a gritos? ¿Para qué quería yo esa libertad que me regalabas? ¿Para qué la quería?



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ahora sé que existen otros modos de habitar la distancia

Ser o no ser >

Todos somos mortales hasta el primer beso y la segunda copa de vino.