Vencer el miedo.
Corromper el miedo es decir “te quiero”. Una frase que aterroriza porque hicieron de ella un desperdicio a lo largo de los años, la maltrataron, la mal emplearon centenares de veces con fines nefastos y nunca nos detuvimos a refrescarnos la mirada ni a comprender una oración que transmite lo más hermoso que la humanidad ha podido emanar desde su existencia, el cariño, el amor al compañero. Ese afecto lo envuelve pero no lo aprisiona, lo cubre pero no tapa su mirada, lo protege pero no le impide vivir sus experiencias. Somos propietarios de bienes, porque así lo decidimos hace años, sin advertir que esta elección nos perjudicaría forzándonos a intentar ejercer ese poder sobre alguien que nunca se ajustará a nuestra medida por capricho, a nuestros malditos antojos de conformistas acomodados, obstinados y desalmados que pretendemos manejar con la mano lo que no decide el corazón.




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